domingo, octubre 29, 2006

Maltratándome: De Pintxos y Cazuelicas

Finalmente un día de relajo. Sí, porque la que termina fue una semana de "casos". Bueno, la que viene también... ¿y la subsiguiente? también lo será.

No es por desanimar. No, al contrario: cada vez se ponen más buenos e interesantes los cursos del Mgec, pero eso no quita que un día uno se tome las 24 horas para asueto.

Hoy fue ese día. Primero, a las 11:15am acudimos al ya recurrente partido de futbolito de fin de semana en las instalaciones deportivas de la Universidad.

Y luego de una buena sacudida de piernas, qué mejor que caminar... :S Por ello, por la tarde, fui junto a Riley (mi compañero half american-mitad boliviano) al Manto del Caballo Blanco a pasar la tarde (foto).

Este lugar se podría decir que es el más remoto del Casco Viejo de Pamplona. Es donde terminan las murallas del Castillo y comienzan los barrios de Arrotxapea, Arantzadi y Txantrea, los cuales están "separados" del resto de Pamplona por el río Arga.

Es muy agradable y, por ende, tiene un éxito comercial increíble, porque siempre está lleno. Incluso ahora que fuimos nos tocó ver a una novia que aquí se preparaba para ir a contraer nupcias en la Catedral que está a la espalda de este lugar.

Y ya cuando bajó el Sol, decidimos ir a por unos pintxos y unas cazuelicas, ya que justo en esta semana varios bares de acá compiten por el premio a la cazuelica de 2006.

Fuimos a un bar (El Gaucho) -que está muy cerca de la Plaza del Castillo- en la calle Carlos III.
Y pedimos de todo para probar. Muy rico. ¿Las cazuelicas? No, no son como en Chile. Acá es muy distinto: A un pedazo de pimentón se le baña con una salsa de mariscos. Sí, eso es una cazuelica... pero las hay de distintos tipos.

Luego están los pintxos que son una especie de canapés grandes condimentados con cuánta cosa se les ocurra. Muy diversos.
Aprovechamos de comer el que ganó el premio al mejor de Pamplona en 2003: una especie de panquequito relleno con camarones y con gusto a queso fresco...


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