sábado, noviembre 25, 2006

Otoño pleno

Crónicas megecianas (II)

Cuando estaba en Santiago una de las cosas que más preocupaba a mi entorno de mi venida a Pamplona era el frío europeo en general.


"Te van a hacer unos menos ocho grados celsius", me decía entonces un amigo chileno, quien tenía ya en el cuerpo cerca de dos años estudiando en la capital navarra y por lo tanto, hablaba con conocimiento de causa.

El invierno en Santiago es frío, pero casi nunca baja del grado bajo cero, por lo que escuchar "menos ocho" significaba un desafío.

Ahora estamos en pleno otoño y hoy fue un día en el que vi miles de hojas caer. Quizás como nunca antes lo había visto, porque llegaron a la zona potentes ráfagas de viento (me encantan) que han inundado de hojas secas, y de cualquier cachureo liviano, casi todos los sectores de Pamplona.

Pero no llueve. Tampoco hace frío. Es de noche, el viento pega fuerte, desordena el pelo, pero no congela. Tampoco el cielo se ve amenazante. Un par de nubes y quizá un par de lluvias cortas e intensas, pero nada prolongado. Ningún indicio que diga: "haztalogo señor Sol y bienvenida señora lluvia".

Conclusión: ¡qué siga así!

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