Crónicas megecianas VI

Esto es una locura (de esas que me dan de repente), pero es la mejor analogía que se me ha ocurrido para reflejar cómo me siento a pocos días de retomar mi vida "normal".

Sé que he cambiado. No soy el mismo Ricardo que cambió Pudahuel por Noáin el 30 de septiembre pasado. En ese entonces era Gandalf, el gris. Me sentía bien, pero no era perfecto. Ahora tampoco lo soy, pero me siento más completo, camino por la vida sin miedo... me siento como Gandalf cuando vuelve tras derrotar al Balrog, me siento como Gandalf, el blanco.

Jajaja. Sí, totalmente loca la idea y por supuesto que el Mgec es mucho, pero mucho mejor experiencia que aquella de estar desafiando "demonios ancestrales".

Para redondear la locura os pongo (ojo con el "os", propio de Ricardo el blanco) el diálogo que sostuvo Gandalf el blanco con Légolas, Gimli y Aragorn, cuando reapareció en el bosque de Fangorn:

Gandalf: Entre fuego y agua. Desde la abismal mazmorra hasta la más alta cumbre hice frente al Balrog de Morgoth. Hasta que al final abatí a mi enemigo y esparcí sus restos por la ladera de la montaña. La oscuridad me llevó y perdí la noción del tiempo. Las estrellas recorrían el firmamento y cada día era largo como una edad en la tierra. Pero no fue el fin. Sentí vida de nuevo en mí. Se me ha devuelto aquí para completar la tarea.

Aragorn: ¡Gandalf!.

Gandalf: ¿Gandalf? Sí... así solían llamarme, Gandalf el Gris. Ese era mi nombre.

Gimli: Gandalf.

Gandalf: Soy Gandalf el Blanco. Y en los albores de la tempestad vuelvo a vosotros. Una etapa de vuestro camino ha terminado, otra comienza.

Vuelvo. Y vuelvo para mejor.