domingo, febrero 25, 2007

Un poco de historia...

Del suplemento Navarra 2007 elaborado por alumnos de cuarto año de Periodismo de la Unav, he robado la siguiente información que me ha parecido importante incluir en el blog.


Se trata nada más y nada menos que de la historia de la ciudad que me ha acogido, Pamplona. Probablemente quien no conozca algo de la capital navarra no entenderá nada (o muy poco) de lo que viene, pero siempre en ese caso es válido apoyarse en la imaginación...

"En 1924, la ciudad estaba encorsetada en el Casco Viejo. Rodeadas de huertas, campos y murallas, las casas no superaban los cinco pisos de altura. La población se duplicó sin que se ampliase el espacio y comenzó a generarse un grave problema de falta de vivienda. La solución no fue construir un I Ensanche, que sólo satisfizo las necesidades de unos pocos burgueses, sino derribar las murallas. Esta decisión se tomó cuando los bombardeos aéreos que tuvieron lugar en Europa durante la I Guerra Mundial demostraron que ese modelo defensivo de ciudad amurallada ya no era eficaz".

"El casco histórico por fin pudo respirar y Pamplona, liberada, se preparó para iniciar su gran expansión (...) En la ciudad se discutían diferentes proyectos para la ampliación. Tras muchas discusiones, triunfó el del arquitecto municipal Serapio Esparza, porque ideó un II Ensanche que enlazaba la parte vieja con la nueva construcción de Carlos III, a través de la Plaza del Castillo. Esta se abrió hasta el Monumento de los Caídos -levantado en 1950-, y el antiguo teatro Provincial y la Plaza de Toros fueron derribados. Para evitar su añoranza se reconstruyeron enseguida y cerca, donde hoy los vemos. De este modo, pasaron a formar parte de una nueva concepción del espacio, de calles anchas e inspirado en el ensanche barcelonés por el modelo de retícula (...) Los habitantes con mayor poder adquisitivo fueron comprando las casas del nuevo esqueleto pamplonés, y así comenzó a dibujarse la diferenciación de clases, mientras los que tenían menos recursos o venían del campo se instalaban en el Casco Viejo y en los barrios periféricos".

"El proyecto del II Ensanche prosperó porque mantenía como centro de la urbe el punto social más importante para los pamploneses, la Plaza del Castillo, llamada Plaza de la República hasta 1936".

El cambio de los años 60

"Aunque tras el derribo de las murallas Pamplona, tuvo libertad para edificar, la inestabilidad política condicionó su desarrollo. La posguerra ralentizó la construcción por la carencia de materiales, y el éxodo rural agravó el problema de la escasez de vivienda.
La situación comenzó a recuperarse tímidamente en los años 50, cuando se finalizó el II Ensanche, surgió la Chantrea y la Ley de Bases del Suelo quedó aprobada. Una ley que dio facilidades a los industriales que deseaban implantarse en la ciudad y que propicio el crecimiento de los alrededores. Pamplona se sumó al Plan de Promoción Industrial y se las ingenió para ser uno de los polos de desarrollo que encabezaron la industrialización de España en los 60".

"La capital navarra -hasta entonces madre del Casco Viejo, los dos ensanches y los barrios periféricos- se desbordó urbanísticamente. A raíz de los planes industriales, se creó el polígono Landaben y emergieron empresas de envergadura como Seat o Embutidos Pamplonica. Pero ¿dónde se instaló la gente que atrajo ese repentino desarrollo? Los obreros poblaron barrios que antes tenían cuatro casas, como la Milagrosa, la Chantrea y Orvina, o se fueron a la vecina Villava. Se ampliaron mucho y los pisos empezaron a cotizarse por estar cerca del centro (...) A lo largo de esa década se duplicó la población y se proyectó el III Ensanche, que comprendía los barrios de San Juan, Iturrama y la prolongación de Ermitagaña".

"Al mismo ritmo al que crecía la ciudad, se produjo un cambio social. Ganaron posiciones las clases medias y la recién creada Universidad de Navarra trajo consigo a muchos estudiantes, que aumentaron la demanda de vivienda y encarecieron así su precio. Pamplona admitió un nuevo perfil de habitante y tomó un cariz de lo más variopinto. Aquel pueblo religioso y tradicional de principios de siglo dejó paso al protagonismo de una masa de obreros que hizo de Pamplona una de las urbes más conflictivas de los años 70".


"(...) Luego llegaron los 80 y, al igual que la política, el crecimiento de la ciudad se normalizó. Mientras se ponía en marcha la experiencia democrática, nacieron barrios para pamploneses con un mayor poder adquisitivo, como Azpilagaña, Mendebaldea, Mendillorri o Sarriguren. Desde 1975 se ha dado nombre a 200 calles, muestra de la lenta pero sostenida expansión de la ciudad en los últimos años".

* Pincha en la imagen de abajo para ver más fotos


1 comentario:

Unknown dijo...

hola richi!! definitivamente concuerdo con la maite cdo te dijo q era el blog mas educativo de la vida!
te abandone de una amnera drastica, lo se! pero la pega me ha tenido bien ocupada, tuve q ir al festival de viña... no a ver a ningun grupo o cantante, a trabajar y escuchar de lejos no mas...
besos y sigue disfrutando!
Sole