martes, julio 10, 2007

Un miércoles de mi vida

El miércoles desperté con la misión de hacer maletas. ¡Qué desagradable misión! (Todo un coñazo).

Dejaba Madrid e iba a dar mi último paso megeciano en Pamplona.

Ordenando y ordenando un desorden monumental, me di cuenta que ante mis ojos tenía mucho más de 20 kilos, peso que me permitía transportar Iberia a Chile después de estar un año viviendo fuera (pura lógica).


Por ello fui al Correo y mandé una caja (la segunda, ya había mandado una) a Chile con parte de mis cosas. Igual sentía pesada la maleta. Le saqué todo el peso que pude, regalé algunas cosas, boté otras y el resto lo dejé en bolsos de mano. Cuento corto: al momento del pesaje mi enorme maleta apenas llegó a los 18 kilos.

A las 19:00 salimos vía Metro rumbo a la T4 de Barajas junto con Roberta para tomar nuestro avión que nos llevaba a Pamplona. Íbamos re tranquilos, porque ambos habíamos hecho el check in online, pero igual había que estar a las 20:05 a más tardar para que me dejaran ingresar el equipaje.

Eran las 19:45 cuando bajamos del metro... ¡una estación antes de la que correspondía! Al final, pensando lo peor -que el avión nos dejaba y no podíamos dar nuestro examen final en Pamplona- corrimos y llegamos justo a las 20:05 a Iberia para comenzar el principio del fin.

Al día siguiente después de Riley, a las 10:30, me tocaba dar el último paso del MGEC.

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